martes, 16 de octubre de 2012

No es que muera de amor

No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.

Muero de ti y de mí, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.

Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.

Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros, separados del mundo,
dichosa, penetrada, y cierto, interminable.

Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos obscuros e incesantes.

Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte, amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
inconsolable, a gritos,
dentro de mí, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.

Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.

Jaime Sabines

jueves, 19 de julio de 2012

Frios eran los de antes...


En estos dias de Julio de hace ya tres años, la eminente llanura, el contexto y los dias venideros no traían consigo un buen diagnostico y no nos dejo mas remedio que recurrir al exodo.
Un trio de amigos con ansias de respirar aire fresco, emprendió un rumbo practicamente sin planificacion, pero con una premisa mayor, disfrutar de la tierra del sol y del buen vino, y asi tambien,"escapar" en las vacaciones de invierno, de noches de excesos y dias que se morian al despertar de uno.
Aunque debo ser sincero y decir tambien, que huimos de el ponderado, sobrevaluado y careta (termino contemporaneo) "dia del amigo", ya que preveíamos un dia con altos volumenes de ciertas condiciones humanas que no estabamos dispuestos a tolerar.
En definitiva contabamos con 15-20 dias y Mendoza fue el destino.
Los preparativos fueron escasos, pero imprescindibles, algo de comida, mate, pelota, guitarra y abrigo.
Nuestras mochilas al hombro y a caminar...
La ruta, eterna compañera, nos acogio en una mañana fresca, con nuestro termo lleno y el mate listo para aguardar a esa persona solidaria que este dispuesta a acercarte hasta donde pueda y como pueda... todo es bienvenido y se agradece.
Un buen comienzo siempre es motivante y así fue, debimos separarnos por una cuestion numerica, pero esa misma noche, el cielo cuyano nos reagrupo.
Primer destino: Uspallata. Encantador lugar al pie de la cordillera, iluminado por el colorido de sus cerros y la paz que se repira a traves de sus limpidos vientos. El camping municipal, desolado por supuesto.
La mujer que ahí vivia sorprendida nos pregunto,¿andan en carpa?,¿estan bien equipados?,SEEE, respondimos al unísono (risas por lo bajo), porque miren que hace poco vinieron dos chicos y se fueron al rato porque no aguantaron el frio, añadio. No se preocupe señora, vamos a estar bien,respondimos.
Desplegamos y armamos rapidamente nuestra carpa veraniega, llamada cariñosamente "la colombiana",ya que posee los tres colores de su bandera, le insertamos un techo de otra carpa y despositamos las mochilas para al fin, pisar firme y establecerse.
Ahora bien, el proximo objetivo estaba bien claro, ir a comprar las verduras, el pan y el vino, necesitabamos entonarnos en todo aspecto, había que recuperar fuerzas y superar el frio a base de buena alimentacion y un poco de alcohol en sangre, y en este sentido, el whisky y la cachaça cumplieron muy bien su funcion a lo largo del viaje, logrando ganar grados en forma corporal y psicologica.
La primer prueba: la primera noche. Nos desprendimos de nuestros calzados y de la misma manera que vestimos durante todo el dia, ingresamos a la bolsa de dormir, no se podia resignar nada, se decia que "teniamos toda la carne al asador", ya que era todo nuestro abrigo.
Las noches de -7º fueron pasando, y se soportaron a base de juventud y al incentivo de caminar algun sendero nuevo, desconocido, en busca de ignorar menos aún de todo lo que ya ignoramos.
Al dia siguiente nuestro deseo era conocer el cerro siete colores que se distanciaba a unos 10 Km. y hacia alla partimos. Tras una laboriosa, pero bella caminata, llegamos a dimensionar la encantadora naturaleza que nos rodea, que no siempre cuidamos ni defendemos. Unas hermosas tonalidades vertidas en solidas rocas, que varían segun la intensidad del sol, nos alimentaron el alma, y casi sin darnos cuenta la tarde paso frente a nosotros intentando percibir algun nuevo color o alguna extraña textura.
Un tiempo despues, recuerdo que así se nos presentó un 19 por tierras mendocinas, fue un dia especial, intenso, que no vamos a querer borrar de nuestras mentes.
El viaje prosigio sobre rieles con pintorescas vivencias, pero esa es otra historia...